EL ACNÉ Y SUS CONSECUENCIAS
Común en la adolescencia, el acné es a menudo causante de muchos traumas. ¿Quién no ha sentido alguna vez temor a ser el blanco de burlas por tener un rostro lleno de acné o cuántas veces no asistimos a una fiesta por culpa de esa molesta afección?; pues bien hablemos un poco acerca de este problema.
El acné es una enfermedad crónica e inflamatoria de la piel, producto de una obstrucción de la unidad pilosebácea al mezclarse el sebo con células descamadas. El acné se caracteriza por lesiones comedogénicas, pápulas, pústulas, nódulos y quistes; logrando dejar secuelas como cicatrices y manchas cutáneas. Predominando en cara y parte superior del tronco.
Afecta a la mayoría de los adolescentes, lo que la convierte en la enfermedad más común en la adolescencia, esta tiende a desaparecer después de los 20 años de edad y predomina en varones. La etiología del acné es multifactorial, están involucrado factores hereditarios, hormonales (pubertad), bacterianos (presencia de Propionibacterium Acnes), medicamentosos psicógenos (corticoides, anticonceptivos, entre otros).
Actualmente existen varias clasificaciones del acné ya sea por el tipo de severidad: acné leve, moderado, severo y muy severo. O según el tipo de lesión: acné comedogénico, papuloso, pustuloso, quístico, queloideo, conglobata y fulminans.
El cuadro clínico del acné se representa por la presencia de lesiones generalmente en rostro, frente, mejillas, dorso de la nariz y mentón, pudiéndose extender al cuello y tórax; caracterizándose en un inicio por comedones cerrados (blancos) o abiertos (negros), que se transforman en pústulas y Dr. Yan Mendoza Adams Especialista en Medicina Estética pápulas. Si dichas lesiones no se manipulan, evolucionan por brotes sin dejar marcas, por el contrario si se manejan agresivamente pueden dejar cicatrices, en muchos casos permanente.
El tratamiento del acné depende no solo del grado de severidad y características de la piel, sino que además la edad, estados hormonales y secuelas de las mismas. En la actualidad se cuenta con una gama extensa de tratamientos que van desde fármacos por vía tópica y vía oral hasta terapias mínimamente invasiva, como las infiltraciones con antibióticos o corticoides, terapias exfoliativas para manejo de marcas y manchas (peelings químicos, peelings mecánicos), terapias con luz pulsada, terapias con laser, entre otras.
Hoy en día existen algunos mitos con respecto a esta enfermedad, entre los más comunes son los relacionados a la dieta o la higiene facial. No es cierto que el acné esté relacionado con la higiene personal deficiente, de hecho hay estudios que demuestran que el continuo lavado de la piel no solamente no reduce el acné, sino que en ocasiones pudiese agravar las lesiones existentes debido al tipo de limpiador utilizado.
Tampoco es cierto que la dieta influya directamente sobre la producción del acné, lo que si se ha demostrado es que ciertos alimentos con altas cargas de glucosa tienen un grado de influencia en la severidad de las lesiones de algunos pacientes.
En conclusión el acné es una enfermedad que puede dejar secuelas tanto clínicas como psicológicas, por lo que es